Si ya me han diagnosticado una enfermedad autoinmune, definitivamente he padecido intestino permeable en algún momento y puede que aún lo padezca.
De hecho, con enfermedad autoinmune o sin ella, puedes dar por hecho que casi todas las personas que toman una dieta tipo norteamericana o que tienen un estilo de vida con alto nivel de estrés padecen de síndrome de intestino permeable.
A continuación, se exponen algunos síntomas que pueden aportar información sobre el estado de salud intestinal. Si sufres alguno de los síntomas que a continuación se citan y, en especial, si lo sufres con intensidad o frecuencia, es casi seguro que padece intestino permeable.
Cerebro: ansiedad, depresión, niebla cerebral.
Hormonas: periodos irregulares, síndrome premenstrual, síntomas perimenopáusicos o menopáusicos.
Huesos: osteopenia, osteoporosis.
Infecciones intestinales: diagnóstico de parasitosis, sobrecrecimiento bacteriano en el instestino delgado (SIBO), o proliferación de levaduras (cándida).
Metabolismo: exceso de peso, obesidad, diabetes.
Nutrientes: carencia de hierro/anemia ferropénica, carencia de ácidos grasos omega-3, carencias vitamínicas.
Piel: acné, eccema, rosácea.
Sistema digestivo: distensión abdominal por acumulación de gases, estreñimiento, diarrea, pérdida de peso, malabsorción de grasas.
Sistema inmunitario: resfriados frecuentes, gripe y otras infecciones; dolor muscular, trastornos autoinmunes.
Y como puede que te estés preguntando, pero ¿qué factores favorecen el desarrollo de intestino permeable?

Algunos de ellos son:
Consumibles de riesgo:
– Alcohol
– Azúcar
– OMG (organismos modificados genéticamente)
Estrés:
– Estrés físico (por enfermedad o falta de sueño)
– Estrés emocional (por presiones familiares, personales, o laborales)
Desequilibrios intestinales:
– Infestación por parásitos intestinales
– Proliferación de levaduras
– SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado)
Intervenciones quirúrgicas
Medicamentos:
– AINEs (ácido acetilsalicílico, ibuprofeno)
– Antibióticos
– Medicación de bloqueo del ácido del estómago.
– Píldoras anticonceptivas
– Prednisona
Micotoxinas
Quimioterapia
Radiación
Pero la situación tiende a empeorar, por la acción de otros agentes nocivos. Piensa en todos los químicos tóxicos que ingerimos con los alimentos, y qué ocurriría si la pared del intestino tuviera más agujeros que un colador.
Si hay agujeros en la pared del intestino, se colarán al torrente sanguíneo tanto alimentos parcialmente digeridos (que el cuerpo no reconoce), como todo tipo de tóxicos que provengan de los consumibles que ingerimos (sean alimentos o sean productos comestibles). Cuando estas sustancias entran en el organismo atravesando la pared rota del intestino una y otra vez, el sistema inmunitario entra en estado de guerra continuo, es decir, tendremos inflamación crónica.
Cada vez que se toma cierta cantidad de determinados alimentos, algunas partículas no digeridas y algunos tóxicos, pasarán a través del intestino, colándose por los agujeros que tiene el intestino en sus partes más rotas. Acto seguido el cuerpo los detectará como cositas extrañas. Nuestro organismo se pone a la defensiva y envía sus soldados a atrapar a esas cositas, como si tuvieran que neutralizar a invasores, y además nuestros soldados emitirán mensajes para que vengan más soldados en su ayuda. Estos mensajes los envían en forma de compuestos químicos inflamatorios.
Como este proceso de ir a atrapar invasores se produce cada vez que nos alimentamos (en el caso de padecer de intestino permeable), es así, una manera de desarrollar inflamación crónica, con las múltiples consecuencias que tiene padecer de inflamación crónica, y es así como al final, podríamos terminar por desarrollar una enfermedad autoinmune, si no se soluciona ese intestino permeable.
El Doctor Alessio Fasano, fundador y director del Centro de Investigación Celíaca del Massachusetts General Hospital y profesor de la Harvard Medical School, es el artífice de estudios de primer nivel sobre el gluten y el intestino permeable.
Por último, por un problema intestinal, no nos estaremos nutriendo adecuadamente, ya que, por una parte, no asimilaremos los alimentos aunque ingiramos alimentos de calidad y complementos alimenticios, y por otro lado, la inflamación crónica de bajo grado que desarrollaremos mantendrá a las células en un estado de inflamación que no permite su adecuada nutrición.
A su vez, un déficit nutricional puede provocar otras patologías, y dificultar la recuperación.
En resumen, lo mejor es evitar aquellos factores que favorecen el desarrollo de intestino permeable, y que estén en nuestra mano, como evitar considerar alimentos a los consumibles de riesgo, intentar exponerse lo mínimo posible a radiaciones, evitar el estrés físico que supone no dormir bien, e informarse de qué hacer para dormir mejor y ponerlo en práctica, por ejemplo, ayudando al cuerpo a generar más melatonina, alimentar a nuestras bacterias buenas intestinales, evitar abusar de los fármacos y utilizarlos solo cuando sean estrictamente necesarios, cuidarnos para no enfermar y así no tener que necesitar esos fármacos, etcétera.
Mas vale prevenir que…
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